El aumento de la inmigración en nuestro país, produjo, desde el año 1995, una saturación de la Dirección General de Registros y Notariado debida al ingente número de expedientes de nacionalidad.
Esta situación llegó hasta el año pasado, que a finales de diciembre contaba ya con retraso de dos años y medio en la tramitación de expedientes de nacionalidad por residencia.
Ante esta situación, se puso en marcha el llamado “Plan Intensivo de Tramitación”, que introdujo dos importantes novedades a la hora de tramitar la nacionalidad.
En primer lugar, más de mil registradores de la propiedad en nuestro país han adquirido el compromiso de poner sus medios técnicos y humanos a trabajar en la tramitación de los expedientes de nacionalidad para acabar con el retraso existente.
En segundo lugar, se acuerda que las notarías realizarán la Jura o Promesa de fidelidad al Rey y de obediencia Constitución, trámite imprescindible para obtener la nacionalidad por residencia.
Un aspecto importante a destacar es el hecho de que tanto notarios como registradores de la propiedad, se comprometieron a colaborar con el Plan Intensivo de tramitación de forma totalmente gratuita, por lo que, además de contribuir a agilizar la resolución de las nacionalidades, esto no ha supuesto ningún coste económico adicional a los interesados.
De esta forma, en el último año más de doscientas setenta mil personas han obtenido la nacionalidad, pudiendo afirmarse que el Plan Intensivo para la Tramitación de la Nacionalidad ha sido un éxito.
No obstante, conviene no confiarse, pues no debemos repetir los errores que terminaron colapsando el sistema. Por ello, la Administración Pública continuará manteniendo este sistema de tramitación de los expedientes de nacionalidad. ¿El objetivo? Que los expedientes puedan tramitarse en el menor periodo de tiempo posible, estableciéndose un plazo máximo de un año para la resolución.